Si me pierdo

-Qué te dije? No sabes porque no me escuchas

-Como quieres que me acuerde si no te callas

-Oir y escuchar son cosas diferentes

-Para ambas cosas hay que estar en silencio

-Dime, qué es lo más que me gusta de mi trabajo?

-Mmm...el salario

-Ahhhhhh!!!

Ayer

Si me pierdo iré a parar a la isla de los ratones, llegaré nadando. Las corrientes submarinas desaparecerán. Allí cuidaré de los mangles rojos recién sembrados y me haré una casita de madera pintada de blanco con el techo de zinc. A quién le importan los hurcanes o el sistema de desague. Le daré la vuelta a la isla cada noche para ver la diferencia entre el horizonte y el puerto. Pondré una hamaca entre las únicas dos palmas de la isla. Ni pienses que me picarán los mosquitos. Voy a perderme allí y amaré los cocos y aprenderé a comer pulpo y no me dará asco. Los arrecifes de coral me escucharán, por lo menos más que tu. El cabello no me lucirá tan negro como siempre y la piel se me tostará pero respiraré paz. No espero que quieras negociar pero sabes, yo tampoco.

Hoy

Uy, como me duelen los brazos. Lo estoy pensando, no lo digo porque no me queda aliento para hablar, se me sale el corazón por la boca. Si estuvieras aquí estarías feliz de mi silencio. No tendrías que hacer tanto esfuerzo para hablar. Tan cerca que se veía. Que horror pensé que me iba a llevar la corriente y ahora no tengo fuerzas para construir la casita. Mmmm tampoco tengo las herramientas. Que me duele la espalda, me pican las ronchas, estoy estreñía y no aguando la cabeza. El pulpo me sigue dando asco y no puedo abrir los cocos porque aquí en la isla no hay objetos punzantes, no es que yo no los puedo abrir, ok? El cabello no me importa, me duele la cabeza y la piel se me está cocinando. No estoy en condiciones de negociar, ven a buscarme al puerto y de paso cómprame unos pretzels.

-Te traje los pretzels

-Gracias, sabes me voy a cortar el pelo, quizás pinto la casa de blanco y...